Der
Tod und das Mädchen (La
muerte y al doncella) es un poema que muestra los procedimientos
transformativos a que las relaciones entre la música y la poesía pueden llevar.
Originalmente, “Der Tod und das Mädchen” fue el nombre de un poema, compuesto
por el poeta alemán Matthias Claudius, el cual fue posteriormente convertido en
una célebre lied por Franz Schubert,
la cual solía interpretarse en las célebres schubertiadas, esas veladas en las que los amigos poetas del compositor departían con él mientras le
ponía música a sus versos. No pocas obras maestras del género salieron de esas
veladas. Fue tal el éxito de esta canción en particular, que el tema musical de
la misma fue reutilizado por el propio compositor para el segundo movimiento de
su extraordinario Cuarteto en re menor
D. 810. Como mis amigos músicos lo saben perfectamente, es uno de los pasajes
más memorables que se hayan escrito en la historia de la música occidental, y
en donde uno puede percibir perfectamente el genio incomparable de Schubert, su
enorme lirismo y su demoledora capacidad expresiva para pasar, de un instante a
otro, de la ternura a la profundidad filosófica, de la alegría más solar al espíritu
más sombrío. Escrito a la manera de un tema con cinco variaciones y una conclusión,
se ha vuelto, con plena justicia, una de las piezas favoritas del público
melómano.
Para mi versión de “Der Tod und das
Mädchen” me basé, justamente, en el segundo movimiento de este cuarteto de
cuerdas, y como expondré a continuación, podrán percatarse de cómo una obra
literaria dio origen a una musical, y de nuevo, esa misma obra musical, da
origen a una obra literaria, en una suerte de círculo urobórico perfecto. Para
lograr esto, fue necesario entender la construcción musical del segundo
movimiento de esta obra, y vislumbrar una estructura que permitiera reproducir
lo que musicalmente se escucha. Puesto que se trata de una forma cerrada, la elección
debía ser, también, una forma literaria cerrada. Y ninguna mejor que el soneto,
en particular en este caso, una de sus variantes, llamada perseto, creada por
mi maestro, el poeta sanluisino Luis Alveláis Pozos ¾en algunas regiones de Sudamérica
se dice, mentirosamente, que fue en esas tierras que se creó, pero no es así;
quienes practican esta forma en Sudamérica lo han hecho a partir de la visita
que hizo a Uruguay hará una década atrás su alumno, y amigo mío, Arturo
Jiménez, quien introdujo la forma en aquellas tierras; como prueba adicional,
hay que señalar que mientras los persetos de Luis Alveláis fueron creados a partir de la
década de los sesenta, todos los persetos sudamericanos han sido escritos, sin
excepción alguna, después del año 2000.
Así, el poema estaría estructurado, exactamente,
como el “Andante con moto” del cuarteto: esto es: primero el tema (aquí dado
por la cita del poema original de Matthias Claudius), y luego las cinco
variaciones más una conclusión. La estructura rímica del perseto, adicionalmente,
es distinta a la del soneto, y permite, a diferencia de aquél, ligar de manera
más cerrada las rimas ¾al
lector interesado remitiré al prólogo que escribí para la antología Entre el sol amarillo del escombro. Nueva técnica
en el soneto (Bianchi editores/Pilar edições, Concepción del Uruguay/Brasilia,
2003), el cual reproduciremos en una entrega posterior.
El siguiente paso consistió en elegir el
metro adecuado. Y como cualquier músico sabe, el pie o ritmo del movimiento
está dado por una serie de notas pulsantes con una acentuación que corresponden
a lo que en la lírica llamamos verso dactílico, es decir aquel que lleva acento
en primera, cuarta, séptima y décima sílaba, tratándose de endecasílabos. El
célebre verso heroico, que, por ejemplo, es muy sencillo de identificar pues es
el que se utiliza en el Himno nacional mexicano.
Los siguientes pasos fueron relativamente
más sencillos, metafóricamente hablando. Elegir la rima adecuada, en este caso,
una rima disonante y vinculante al mismo tiempo, es decir una que aparezca en
todos los versos del poema. La rima elegida fue la consonante que reúne el
sonido de la “y” y la “ll”, por ser muy similares. Hay que decir que la rima ha
sido estudiada y establecida como fenómeno sonoro-gramatical por el poeta
mexicano Daniel Castañeda en su obra Acordes
disonantes seguido de Teoría general de la rima, y de donde se concluye que
la rima es un fenómeno de concordancia sonora, antes que gramatical, es decir:
que se pueden rimar palabras que suenan similar aunque se escriban con grafías
distintas. Eso es lo que sucede en este poema. La similitud de las variaciones
en el movimiento del cuarteto de Schubert corresponden, entonces, de la
siguiente manera con el poema:
Tema: cita del poema de Claudius
Primera variación: versos 1 a 4
Segunda variación: versos 5 a 8
Tercera variación: versos 9 a 10
Cuarta variación: verso 11
Quinta variación: verso 12
Conclusión: versos 13 y 14.
Finalmente, la audición del cuarteto de
cuerdas no sólo es necesaria para entender y percibir las semejanzas entre
ambas obras, sino que además, este ejercicio aparece en el primer verso del
poema, por lo que la relación entre ambas obras no podría estar más vinculada.
Adicionalmente, los temas del poema no sólo corresponden con las variaciones en
el texto musical, sino que además, constituyen una lectura en clave de los
temas mismos del movimiento romántico, de modo que los vínculos entre ambas
obras abarcan diversos niveles.
El poema fue escrito a mediados de 1997, y
lo incluí en el volumen El sueño del
alquimista, publicado en 1999 por Praxis (que dirige Carlos López) en
coedición con Sílaba sagrada.
Der Tod und Das Mädchen
para Claudia
Mastache
El infierno es
haber dejado de amar.
Georges Bernanos
Gib deine Hand, du Schön und zart Gebild!
Sei guten Muts! Ich bin nicht wild,
Sollst sanft in meinen Armen schlafen!
Matthias Claudius
como
quien en silencio su sino calla y sella:
de su
mutismo nació un violoncello
como un
jardín que guarda el alma de ella.
Y de la
nada surgió su cabello
¾ese reposo de luz en su cuello¾
como un
corcel magnífico que a Troya
fatídico
dejara en un destello.
Brilla
cansada la noche su joya
sobre un
collado de luz sin muralla.
Quede lo
núbil brillando, igual que un amor que se calla.
Un yerto
resplandor toda la tierra enjoya.
No hubo
gloria ni Helena… ni triunfo sobre Troya…
sólo el
eco final de otra batalla.
julio 14-19,
1997